La política de los perdedores, una lectura sobre la utopía heavy en los 80, es un ensayo político, cultural y estético, sobre el llamado rock nacional y su posterior problemática identitaria en un período singular y contradictorio que comprende nuestra historia: el fin de la dictadura y el comienzo de la democracia.
La escritura del libro está centrada básicamente en el devenir de V8, la banda fundacional del heavy metal en Argentina. La tarea de este ensayo consistió en indagar, de qué manera el imaginario y la retórica militante del peronismo proscripto y de la izquierda más revolucionaria fue la herencia que V8 tomo de manera inevitable e inconciente, para marcar un antes y un después dentro del espectro del rock local, en una época donde el rock nacional justamente buscaba despolitizarse y salir de la camisa del deber ser, para disfrutar de las nuevas formas que traía el destape y el comienzo de la democracia.
El camino de V8 junto con otras bandas marginales a los circuitos de la ortodoxia rockera fue la de romper el canon a nivel estético y cultural, para ofrecer otras maneras de mirar y sentir el entramado de la realidad. La lectura de este ensayo se detiene en estas marcas, en los rastros que dejo el fuego de la incandescencia antisistema V8 en aquella paradójica y colorida década del 80.
La política de los perdedores, una lectura sobre la utopía heavy en los 80, es un ensayo político, cultural y estético, sobre el llamado rock nacional y su posterior problemática identitaria en un período singular y contradictorio que comprende nuestra historia: el fin de la dictadura y el comienzo de la democracia.
La escritura del libro está centrada básicamente en el devenir de V8, la banda fundacional del heavy metal en Argentina. La tarea de este ensayo consistió en indagar, de qué manera el imaginario y la retórica militante del peronismo proscripto y de la izquierda más revolucionaria fue la herencia que V8 tomo de manera inevitable e inconciente, para marcar un antes y un después dentro del espectro del rock local, en una época donde el rock nacional justamente buscaba despolitizarse y salir de la camisa del deber ser, para disfrutar de las nuevas formas que traía el destape y el comienzo de la democracia.
El camino de V8 junto con otras bandas marginales a los circuitos de la ortodoxia rockera fue la de romper el canon a nivel estético y cultural, para ofrecer otras maneras de mirar y sentir el entramado de la realidad. La lectura de este ensayo se detiene en estas marcas, en los rastros que dejo el fuego de la incandescencia antisistema V8 en aquella paradójica y colorida década del 80.