“El Tío Carril vuelve a sorprender en esta excelente colección de cuentos con un estilo de alta escuela, sofisticado, acerado, punzante y moderno”, podría ser el inicio de una contratapa soñada para el autor triste y pobre que no cuenta con el favor de críticos y mecenas. Pero eso no alcanzaría para que usted, que está leyendo, descubra que, por ejemplo, en la página 35 es posible encontrar el sentido de la vida o la clave del éxito. Y ahora, que vuelve de dicha página sin el hallazgo pero con la duda, no tema pasar por cobarde si no ejecuta el hurto de este ejemplar. En el fondo, un alma agradecida como la suya sabe que oblar un monto similar a dos kilos de milanesas de pollo a la cotización del día es demasiado poco ante la infinita posibilidad de tener todas las respuestas mañana cuando despierte. Quizás.
“El Tío Carril vuelve a sorprender en esta excelente colección de cuentos con un estilo de alta escuela, sofisticado, acerado, punzante y moderno”, podría ser el inicio de una contratapa soñada para el autor triste y pobre que no cuenta con el favor de críticos y mecenas. Pero eso no alcanzaría para que usted, que está leyendo, descubra que, por ejemplo, en la página 35 es posible encontrar el sentido de la vida o la clave del éxito. Y ahora, que vuelve de dicha página sin el hallazgo pero con la duda, no tema pasar por cobarde si no ejecuta el hurto de este ejemplar. En el fondo, un alma agradecida como la suya sabe que oblar un monto similar a dos kilos de milanesas de pollo a la cotización del día es demasiado poco ante la infinita posibilidad de tener todas las respuestas mañana cuando despierte. Quizás.
