Un poema puede ser un puente, una soga, un nido, una bomba, un cajón que abrimos para encontrarnos dentro de nuestra propia sensibilidad. Un poema tiene un yo que habla con su huella única y que en su palabra y sus silencios nos espeja hasta la lágrima y hasta la sonrisa que se escapa de lo extraordinario. Los poemas de Diciembre son poemas que le roban a lo cotidiano la maravilla, son poemas que ven, que escuchan, que tocan, que huelen y que se juegan la vida en cada verso porque amar es eso, poner toda la carne al asador para sentir, para sentirlo todo cueste lo que cueste.
Maia Morosano
Un poema puede ser un puente, una soga, un nido, una bomba, un cajón que abrimos para encontrarnos dentro de nuestra propia sensibilidad. Un poema tiene un yo que habla con su huella única y que en su palabra y sus silencios nos espeja hasta la lágrima y hasta la sonrisa que se escapa de lo extraordinario. Los poemas de Diciembre son poemas que le roban a lo cotidiano la maravilla, son poemas que ven, que escuchan, que tocan, que huelen y que se juegan la vida en cada verso porque amar es eso, poner toda la carne al asador para sentir, para sentirlo todo cueste lo que cueste.
Maia Morosano