En un espacio rural indeterminado, pero más próximo a la campiña europea que a la extensión desaforada de la pampa argentina; en un tiempo que sobrevuela siglos (hay una piedra de molino, y también una vajilla de loza y algo parecido al cable del teléfono), pero que interesa sobre todo como tiempo actualizado y subjetivo, una niña casi púber descubre el mundo que la rodea: lo observa con curiosidad, se interna en él, aprende, sufre e imagina.
A través de una palabra delicada, precisa, capaz de concertar un ritmo que disfraza la prosa de los días, el poemario de Donnini parece derivar o desprenderse de la contemplación de “El ángelus” de Millet más que ligarse a las venerables Geórgicas de Virgilio. A estas sin duda responde, pero dándolas vuelta como un guante, desde una mirada femenina y secreta en la que la experiencia de la cotidianeidad, adversa aunque a veces deslumbrante pero singular y única, hace lugar aquí y allá a la revelación.
Porque es “hermoso nombrar algo / y de esa forma, iluminarlo”.
Isabel Vassallo
En un espacio rural indeterminado, pero más próximo a la campiña europea que a la extensión desaforada de la pampa argentina; en un tiempo que sobrevuela siglos (hay una piedra de molino, y también una vajilla de loza y algo parecido al cable del teléfono), pero que interesa sobre todo como tiempo actualizado y subjetivo, una niña casi púber descubre el mundo que la rodea: lo observa con curiosidad, se interna en él, aprende, sufre e imagina.
A través de una palabra delicada, precisa, capaz de concertar un ritmo que disfraza la prosa de los días, el poemario de Donnini parece derivar o desprenderse de la contemplación de “El ángelus” de Millet más que ligarse a las venerables Geórgicas de Virgilio. A estas sin duda responde, pero dándolas vuelta como un guante, desde una mirada femenina y secreta en la que la experiencia de la cotidianeidad, adversa aunque a veces deslumbrante pero singular y única, hace lugar aquí y allá a la revelación.
Porque es “hermoso nombrar algo / y de esa forma, iluminarlo”.
Isabel Vassallo