En Argentina, y no sólo en Argentina, estamos demasiado acostumbrados a poemas, novelas o películas que abordan el “tema” de la marginalidad urbana. Y sabemos bien que muy pocas de estas obras quieren o pueden alejarse del scaneo realista, de la simple reproducción mecánica, piadosa o estigmatizante.
Pero hay artistas que eligen otros caminos. Miradas poéticas que penetran el territorio de la miseria sin ceder en su voluntad de invención y de revelación. Los poemas de Mar de villas, de Libertad Iannicelli, siguen esta senda. Libertad Iannicelli, con lirismo y con oído, nos sumerge en la dimensión villera, ese universo que conocemos y desconocemos. Su escritura merodea en esta geografía cruda, desde lentas tomas generales hasta el plano detalle del drama individual, cada célula de frustración y sufrimiento. Una potente imaginería surrealizante que recrea y revive a sus criaturas (los condenados de la tierra) a través de conexiones poéticas insólitas. Vida en palabras: mundos imaginarios paridos por mundos reales. Y el oído: la poesía de Iannicelli, su metamorfosis musical, se camufla con ritmos de la calle, (murga, cumbia, trap), y lleva a estos pulsos al territorio alucinatorio de sus imágenes. De este modo, y sólo de este modo, bien lejos de cualquier realismo fácil, viajamos a la semilla del dolor o la alegría de sus marginados.
Cada vez que la imaginación se afila en la piedra de la realidad, confirmamos la divisa de Wallace Stevens para la creación poética: “Lo real es sólo la base, pero es la base”.
Fernando Molle
En Argentina, y no sólo en Argentina, estamos demasiado acostumbrados a poemas, novelas o películas que abordan el “tema” de la marginalidad urbana. Y sabemos bien que muy pocas de estas obras quieren o pueden alejarse del scaneo realista, de la simple reproducción mecánica, piadosa o estigmatizante.
Pero hay artistas que eligen otros caminos. Miradas poéticas que penetran el territorio de la miseria sin ceder en su voluntad de invención y de revelación. Los poemas de Mar de villas, de Libertad Iannicelli, siguen esta senda. Libertad Iannicelli, con lirismo y con oído, nos sumerge en la dimensión villera, ese universo que conocemos y desconocemos. Su escritura merodea en esta geografía cruda, desde lentas tomas generales hasta el plano detalle del drama individual, cada célula de frustración y sufrimiento. Una potente imaginería surrealizante que recrea y revive a sus criaturas (los condenados de la tierra) a través de conexiones poéticas insólitas. Vida en palabras: mundos imaginarios paridos por mundos reales. Y el oído: la poesía de Iannicelli, su metamorfosis musical, se camufla con ritmos de la calle, (murga, cumbia, trap), y lleva a estos pulsos al territorio alucinatorio de sus imágenes. De este modo, y sólo de este modo, bien lejos de cualquier realismo fácil, viajamos a la semilla del dolor o la alegría de sus marginados.
Cada vez que la imaginación se afila en la piedra de la realidad, confirmamos la divisa de Wallace Stevens para la creación poética: “Lo real es sólo la base, pero es la base”.
Fernando Molle
