Si la poesía es un juego….entonces podrán leerlas al azar, con la voz que prefieran y/o intercambiar palabras, renglones, estrofas o quizás creer que “las historias que se esconden y fluyen por debajo de…” -dice Verónica Rozas en el prólogo- “la voz del poeta desaparece en la descripción de una sensación…”
Tal vez ya -en el quinto poemario- decida pasar a otro género o terminar esa novela.
¿Que su hijo ingeniero haya dicho: “Es el más lindo”?
¿Acaso confiar en que el editor no falle en su incansable tarea?
Que no se cree Lennon y menos Silvio Rodríguez para estar insistiendo con tantas canciones.
Y que la sed –definitivamente- es cosa nuestra.
Si la poesía es un juego….entonces podrán leerlas al azar, con la voz que prefieran y/o intercambiar palabras, renglones, estrofas o quizás creer que “las historias que se esconden y fluyen por debajo de…” -dice Verónica Rozas en el prólogo- “la voz del poeta desaparece en la descripción de una sensación…”
Tal vez ya -en el quinto poemario- decida pasar a otro género o terminar esa novela.
¿Que su hijo ingeniero haya dicho: “Es el más lindo”?
¿Acaso confiar en que el editor no falle en su incansable tarea?
Que no se cree Lennon y menos Silvio Rodríguez para estar insistiendo con tantas canciones.
Y que la sed –definitivamente- es cosa nuestra.