“Sepan los bardos venideros
que los presentes supimos quemar
los laureles de rimas rimbombantes,
que cuando al prójimo le cruje la panza
el poema es zona de denuncia,
que nuestras manos de barro nunca abandonarán
la belleza de construir el bien común”.
“Sepan los bardos venideros
que los presentes supimos quemar
los laureles de rimas rimbombantes,
que cuando al prójimo le cruje la panza
el poema es zona de denuncia,
que nuestras manos de barro nunca abandonarán
la belleza de construir el bien común”.