En los doce cuentos que forman parte de Realidades irreales las cosas no son lo que parecen. Algunos de los personajes que los habitan esconden su verdadera naturaleza o transfiguran la realidad que los rodean. Los límites que nos separan de lo fantástico parecen difuminarse.
El hallazgo de una tumba milenaria en Sicilia, el rutinario trabajo de un traductor sueco, un terremoto en medio de la noche, una compañera de viaje llorosa, una anciana adicta a las palmeritas: en estas páginas el lector va a encontrar que un mínimo gesto o palabra puede alterar la percepción de lo que consideraba evidente.
En los doce cuentos que forman parte de Realidades irreales las cosas no son lo que parecen. Algunos de los personajes que los habitan esconden su verdadera naturaleza o transfiguran la realidad que los rodean. Los límites que nos separan de lo fantástico parecen difuminarse.
El hallazgo de una tumba milenaria en Sicilia, el rutinario trabajo de un traductor sueco, un terremoto en medio de la noche, una compañera de viaje llorosa, una anciana adicta a las palmeritas: en estas páginas el lector va a encontrar que un mínimo gesto o palabra puede alterar la percepción de lo que consideraba evidente.